Aunque el otoño bañe
mis colores
y se doren los verdes
de mi estío;
aunque se anuncie mi
futuro frío
o me cerquen los
vientos silbadores…
O callasen por mí los
ruiseñores
y enmudeciera ya el
rumor del río,
quiero a mi alrededor
sólo vacío
mientras paso tus
páginas mejores.
Estoy ebria de versos y
alboradas
que añaden luz sobre
mis madrugadas,
cuando la noche en discreción
se esfuma.
Y aunque te sé
escribiendo ¡ay! tan lejos,
busco tu inspiración
como en espejos:
Quédate en mi cuaderno
y en mi pluma.
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05-01-2010